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Santa María Madre de Dios

01 de enero de 2024
MONICIÓN DE ENTRADA
!Feliz Año Nuevo! Hermanos en Cristo y María. Hoy la Iglesia nos presenta a la Madre de Dios en esta fiesta que desde el siglo quinto, fue la primera fiesta mariana de la Iglesia. Por su SI a la voluntad de Dios, María dio a luz a la fuente de la gracia, a la salvación del mundo. Por eso ella es Madre de Dios y Madre de la Iglesia. Ella es símbolo de la comunidad cristiana, en donde los creyentes, encontramos a Cristo. Nos ponemos de pie y a una voz, decimos la antífona y el canto de entrada
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
Canto de entrada

En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
SALUDO
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre y de Jesucristo, el Señor, nacido para nuestra salvación estén con todos ustedes.
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
(Silencio)

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí
ante Dios, nuestro Señor.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Amén

GLORIA

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquella por quien recibimos al autor de la vida, Por Jesucristo, tu hijo, Señor nuestro. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
Tomen asiento daremos inicio a la:
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
La presencia de Dios en el Antiguo Testamento, fue asociada a su Nombre invocada en bendición. Estamos bendecidos con la presencia de este Dios en nosotros. Escuchemos:
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Números 6, 22-27

En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: "Di a Aarón y a sus hijos: 'De esta manera bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz'. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré".

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL SALMO
Con esperanza pidamos la bendición del Señor con el Salmo 66 dirigidos por el coro:
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 66
Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Ten piedad de nosotros y bendícenos;
vuelve, Señor, tus ojos a nosotros.
Que conozca la tierra tu bondad
y los pueblos tu obra salvadora.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Las naciones con júbilo te canten,
porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos
y riges en la tierra a las naciones.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos,
que los pueblos te aclamen todos juntos.
Que nos bendiga Dios
y que le rinda honor el mundo entero.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Dios Padre envió a su Hijo para que podamos ser sus hijos. Cristo nació de María para liberarnos y salvarnos. En esta corta lectura Pablo nos habla sobre María. Escuchemos atentamente.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4, 4-7

Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, Nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley; a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama "¡Abba!", es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL EVANGELIO
María guardaba en su corazón todas las cosas del nacimiento de su Hijo. Ella le puso por nombre Jesús, nombre en el que somos todos salvados. Nos ponemos de pie para la proclamación del Evangelio.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Hb 1, 1-2
Aleluya, Aleluya
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo.
Aleluya, Aleluya
EVANGELIO
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.

Del santo Evangelio según san Lucas 2, 16-21
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.

Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Tomen asiento
HOMILÍA
No te conformas con vegetar, vive la plenitud que te innvade

El texto de Lucas que acabamos de leer, aunque es solo un relato, está en línea con lo que venimos diciendo estos días: total inserción de Jesús en este mundo y en las tradiciones judías. Al decirnos que María rumiaba todo esto, está haciéndonos ver la importancia de lo que estaba pasando dentro de ella y de los demás protagonistas. Importante el nombre: Jesús=Dios salva, lo dice todo. Queda desvelado el misterio.

El tema de María Madre merecería más aclaración de la que permite este pequeño comentario. ¡Claro que la maternidad de María es un dogma! Pero no se discutió en el concilio como un tema mariológico, sino cristológico. Fue definido en Éfeso en el 431. Pronto fue mal entendido (hay que tener en cuenta que, en aquella ciudad, se veneraba a la "Magna Mater", diosa virgen Artemisa o Diana) y tuvo que ser aclarado veinte años después por el concilio de Calcedonia (451) matizando lo formulado en Éfeso, concretando que María era madre de Dios "en cuanto a su humanidad".

Debemos tener en cuenta el contexto en que fue formulado este dogma. Se definió como un intento de confirmar, contra la herejía nestoriana que afirmaba dos personas en Jesús, que el fruto del parto de María fue una única persona. No olvidemos que el concilio de Éfeso lo promovió Nestóreo para condenar a Cirilo, que proclamaba una sola persona en Cristo; y por lo tanto que María era con pleno sentido, madre de Dios. A Nestóreo le salió el tiro por la culata, pero faltó el canto de un duro para que se condenara como herejía lo que se definió como dogma.

En efecto, en una primera sesión, sin la asistencia de Nestóreo, que no quería que se celebrara antes de que llegara su amigo el patriarca de Antioquia, se definió el dogma condenando a Nestóreo. Cuando a los pocos días llegó su amigo Juan de Antioquia, se celebró una sesión paralela y definieron lo contrario, condenando a Cirilo. Visto lo cual, el Emperador Teodosio depone a los dos y los encarcela. Unos días más tarde, cuando llegan los delegados del Papa, convencen al emperador para que acepte lo definido en la primera sesión y libere a Cirilo. A Nestóreo le obligó a retirarse a un monasterio. Teodosio decidió qué era dogma y qué, herejía.

Este dogma es el mejor ejemplo de cómo conservando las palabras, tergiversamos el sentido. Cuando se definió el dogma, se tenía una idea completamente distinta de la maternidad. Se creía que la madre era el recipiente donde el varón depositaba la semilla del nuevo ser, en el que la madre no tenía mas misión que la de acogerle y alimentarle. De hecho, la traducción correcta del termino griego "theotokos", sería "la que pare a Dios". Solo desde esa concepción de la maternidad, se pudieron desarrollar las mitologías sobre seres humanos que se consideraron hijos de Dios.

Hoy celebramos que María hace presente a Dios alumbrando a Jesús. S. Agustín dice que María fue madre de Dios, no por su relación biológica, sino por haber aceptado el proyecto de Dios. El evangelio deja claro lo que es importante en María. Cuando le dicen a Jesús, que su Madre y sus hermanos están fuera, contesta: ¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? El que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre. Seguimos tergiversando el evangelio.

Año Nuevo. Estoy en el tiempo para darme cuenta de lo que soy y descubrir que estoy ya en la eternidad. Mi ser no está en el chronos sino en el kairos. Mi ser lo constituye lo que de divino hay en mí. Soy plenitud y eterno. Mi individualidad es apariencia. No debo empeñarme en meter a Dios en el tiempo, sino en salir yo de él. Soy la ola que aún no ha descubierto que es océano. El océano aun no se ha reflejado en mí. Si descubro que soy océano, el océano me dirá que es ola. Cuando Jesús dice: “Yo y el padre somos uno", no lo dice desde el falso yo, sino desde su verdadero ser. Es lo que hay en mí de Dios quien dice: Yo y Dios somos uno.

El tiempo en el que se desarrolla nuestra existencia tiene mucha importancia, pero solo como medio para conseguir esa toma de conciencia que me hará trascender. Nuestra reflexión tiene que estar encaminada a descubrir qué estoy haciendo yo con mi tiempo. Puedo estar malgastando lo que se me ha dado para que lo aproveche. Van pasando mis años y con ellos las oportunidades de dar verdadero sentido a mi vida. Esta tiene que ser mi preocupación cuando estamos pasando de un año a otro.

Día de la paz. Creo que merece la pena hacer una denuncia de las circunstancias en las que nos encontramos y poner un poco de luz en la maraña de informaciones e intereses que nos envuelven. En nombre de la libertad, no se puede defender todo. En nombre de la libertad religiosa no se puede propugnar ideas que vayan contra los más elementales derechos de las personas ni siquiera de una sola persona. En nombre de la libertad política no se pueden defender ideas que no respeten los derechos fundamentales de los demás. Tengo obligación de defender mis derechos; pero mis derechos terminan donde empiezan los derechos del otro.

Debemos desenmascarar el fariseísmo de nuestro mundo que se atreve a celebrar un día de la paz, mientras está sosteniendo, por acción o por omisión, situaciones de injusticia sangrantes. Nos hemos arrogado el derecho de decidir quién es el bueno y quién es el malo. Nos hemos colocado en estadios éticos anteriores a la ley del talión. En ella se decía que, si te rompen un diente, tienes derecho a romperle un diente al agresor, no toda la dentadura. Hoy estamos oyendo todos los días, que hay que romperle todos los dientes al otro, porque si no, el día de mañana me puede morder.

No es deseable la paz a cualquier precio. A nadie le interesa la paz de los cementerios. Tampoco debía interesarnos la paz sobre la que se fundaron todos los imperios, desde el egipcio hasta el que padecemos hoy. La paz que se basa en la fuerza no es verdadera paz. No se trata solo de la fuerza física; también la fuerza de una legalidad que hemos construido los poderosos basados en la ley del embudo. La norma debe ser la verdadera justicia. Hemos pasado milenios predicando la guerra justa. No he encontrado esa idea en ninguna parte del evangelio. Toda violencia es inhumana.

La paz no se puede conseguir directamente. Es un fruto y, como tal, si quiero recogerlo, tengo que plantar primero el árbol y cuidarlo. El mínimo indispensable para que surja la paz es la justicia. La paz, para el que tiene el poder, es que nadie se mueva. Para el que está sometido a la injusticia será algo muy distinto. Si nos interesa la paz, debemos luchar cada día por abandonar toda opresión (el pecado del mundo) y entrar en la dinámica del amor. Si de verdad queremos la paz, tendríamos que dar voz a los que sufren la violencia y nos indicarían como alcanzar la verdadera justicia.

Nos ponemos de pie
Credo de los Apostoles
CREDO DE LOS APOSTOLES

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo
su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén

PLEGARIA UNIVERSAL

Queridos hermanos: Habiendo iniciado este año con la bendición y la paz de Dios, llenos de alegría por la maternidad divina de la Virgen María, dirijamos al Padre, nuestra oración filial y confiada, diciendo:

Escúchanos, Padre, por intercesión de la Virgen María.

Escúchanos, Padre, por intercesión de la Virgen María.

• Por la Iglesia: para que, imitando el ejemplo de la Virgen María, imagen y modelo de la Iglesia, sea dócil en la escucha de la palabra de vida y lleve a todos los hombres el don del Salvador. Roguemos al Señor:

Escúchanos, Padre, por intercesión de la Virgen María.

• Por todos los pueblos de la tierra: para que sepan vencer las sugerencias de la violencia y de la guerra, y consagren todas sus energías y riquezas a la edificación de una paz estable. Roguemos al Señor:

Escúchanos, Padre, por intercesión de la Virgen María.

• Por las víctimas de la violencia, por los perseguidos, los migrantes, los marginados, los oprimidos: para que se les reconozcan sus derechos de hombres libres y se respete en ellos la imagen del Hijo de Dios, hecho hombre por nosotros. Roguemos al Señor

Escúchanos, Padre, por intercesión de la Virgen María.

• Por los que estamos aquí reunidos: para que el nuevo año, que nos regala la bondad del Padre, sea vivido por nosotros como tiempo de gracia, en una adhesión activa y serena a su voluntad. Roguemos al Señor:

Escúchanos, Padre, por intercesión de la Virgen María.

ORACION POR LAS VOCACIONES

Oh, Jesús,
Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar
con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
danos vocaciones,
danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada
Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.
Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos
según tu corazón. Amén.

Pueden sentarse, ahora iniciamos la:
LITURGIA EUCARÍSTICA
CANTO DE OFRENDAS

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; Él será para nosotros bebida de salvación.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

Lava del todo mi delito. Señor, y limpia mi pecado.

De pie

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, que das origen y plenitud a todo bien, concédenos que, al celebrar, llenos de gozo, la solemnidad de la Santa Madre de Dios, así como nos gloriamos de las primicias de su gracia, podamos gozar también de su plenitud. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios

Es justo y necesario

PREFACIO: María, Madre de Jesús

Te bendecimos, Dios y Señor nuestro, creador del espacio y del tiempo, y te agradecemos el nuevo año recién amanecido.

Gracias por el milagro de la vida, gracias por darnos energía y fuerza para encarar los retos de un nuevo año. Gracias por renovar nuestra esperanza y reavivar las utopías.

Te agradecemos en este día tan señalado el maravilloso testimonio de María, la Madre de Jesús, en quien, a través de toda su vida, plena de amor, hemos podido descubrirte como Dios Padre y Madre de todos nosotros.

Unidos ahora a todos nuestros hermanos, nos proclamamos orgullosos hijos de María y cantamos en tu honor este himno de agradecimiento y alabanza.

SANTO

Te damos gracias, Padre Dios, por regalarnos aquel niño, nacido de una gran mujer, que vino a rescatarnos de las injusticias y la opresión.

Jesús es para nosotros tu perfecta encarnación, por su medio te hemos reconocido como Emmanuel, un Dios inmerso en la humanidad, próximo y cercano, un Dios bondadoso y paternal.

De Jesús dirían luego que fue la luz y el camino. Y es que Jesús es nuestra fuerza, nos motiva, nos anima a seguirle y nos descubre la satisfacción de vivir para los demás.

Dijeron de él que fue agua, y también vida. No se acaban ahí los signos que representan a tu hijo Jesús.

Jesús simbolizó toda su vida y hasta su muerte, en unos sencillos gestos, pidiéndonos que le siguiéramos por ese mismo camino de salvación.

Jesús fue un hombre bueno, creyó en Ti y te imitó en todo.

Consagración del Pan y el Vino

Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques, por el poder de tu Santo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.

Porque Él mismo, la noche que iba a ser entregado tomó pan, y dándote gracias, te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía.

Éste es el Misterio de la fe. Cristo se entregó por nosotros.

Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has liberado por tu cruz y resurrección.

Movidos por el mismo Espíritu de Jesús, brindamos y compartimos esta copa de vino. Este vino nos recuerda la vida de Jesús, alegre, compasiva y fraterna.

Gracias, Padre, por la vida que nos has dado. Como Jesús queremos ponerla al servicio de los demás.

Inspíranos tu Espíritu renovador, ese Espíritu que recrea todas las cosas e inaugura siempre un tiempo nuevo, el que vivió en plenitud Jesús, el mismo espíritu que guio los pasos de su madre María.

Ilumina nuestra toma de decisiones para que obremos siempre con rectitud. Comunícanos tu fuerza para denunciar las injusticias y danos un corazón bueno y generoso, maternal, para comprender y perdonar a todos.

Guiados por el Papa Francisco, por nuestro Obispo Carlos y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, pondremos nuestro mayor empeño en hacer más habitable la Tierra. Bendice, Padre Dios, a quienes durante este año que termina vinieron a este mundo.

También debemos darte gracias, aunque nos duela, por quienes nos dejaron para vivir plenamente contigo y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna.

Te encomendamos a todos los que ya murieron, admítelos a contemplar la luz de tu rostro. A Ti, Señor de los trabajos y del día, por Jesús, el Salvador, nacido en medio de la noche, te sea dada toda alabanza en este nuevo año y por los años futuros.

Amén

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
RITO DE COMUNIÓN

Creemos que Jesús está con nosotros, que lo hacemos presente reuniéndonos en su nombre y siguiendo su ejemplo nos atrevemos a decir:

Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Padre, líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de todo conflicto, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
Dense fraternalmente la paz.
CORDERO

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo,diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.

Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme.
MOTIVACIÓN A LA ANTÍFONA DE COMUNIÓN

Antes de recibir a Jesús Eucaristía, digamos juntos la Antífona de la Comunión.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN

Jesucristo es el mismo ayer y hoy por todos los siglos

Pueden sentarse
CANTO DE COMUNIÓN


 


 


 


 


 

REFLEXIÓN

Pongamos nuestro año 2024 en las manos de nuestra madre la virgen María y que la divina providencia nos asista a lo largo de este esperado año nuevo. Digamos a una voz…

Oración de año nuevo

 

ORACIÓN ANTE UN NUEVO AÑO

Que la divina providencia se extienda en cada momento…

Para que nunca nos falte salud, casa, vestido y sustento.

Oh María, Madre de Dios,
en este nuevo año elevamos nuestras plegarias ante tu imagen amorosa.
Te imploramos que, con tu intercesión,
la Divina Providencia nos acompañe
en cada paso de este viaje llamado vida.

Confiados en tu ternura y compasión,
te pedimos que guíes nuestros caminos
y derrames tus bendiciones sobre nosotros.

Que la divina providencia se extienda en cada momento…

Para que nunca nos falte salud, casa, vestido y sustento.

Divina Providencia…

Socórrenos.

Que la Divina Providencia
nos conceda un hogar seguro,
donde reine la paz y el amor.
Que nos provea de vestiduras
que abriguen el cuerpo y el alma,
recordándonos siempre
la dignidad de ser hijos e hijas de Dios.

Te rogamos, María, que la Divina Providencia nos conceda sustento abundante, no solo en alimentos para nuestro cuerpo, sino también en la gracia que alimenta nuestro espíritu.

Que la divina providencia se extienda en cada momento…

Para que nunca nos falte salud, casa, vestido y sustento.

Divina Providencia…

Socórrenos.

Con humildad, pedimos
que la Divina Providencia vele por nuestra salud,
física y espiritual,
para que podamos vivir plenamente
y servir a los demás con alegría.

María, Madre amorosa,
confiamos en tu intercesión
para que nunca nos falte lo necesario
para vivir con dignidad y generosidad.

Que la divina providencia se extienda en cada momento…

Para que nunca nos falte salud, casa, vestido y sustento.

Divina Providencia…

Socórrenos.

Encomendamos este nuevo año
a tu maternal cuidado,
confiando en que, con la Divina Providencia
a nuestro lado,
superaremos desafíos

y celebraremos victorias
con gratitud y amor.
Amén.

Avisos Parroquiales
AVISOS PARROQUIALES
  • Misa para mañana 1 de enero: 12:00, 13:00 y 19:00.
  • Misa de unción 5 de enero 12:00h
  • Reunión con religiosas, también el 5 de enero, en la Misa de las 19h. Y luego convivio en el salón parroquial.
  • De pie
    ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

    Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría, sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia.

    Amén.

    EXHORTACIÓN FINAL

    Exhortación Final

    Desconocemos los acontecimientos que sucederán en el 2025. Lo que sí sabemos es con quién podemos caminar y contar: con Dios, con Jesús, con el Espíritu y…con María. Oremos para que María acompañe nuestro devenir y nos enseñe a sembrar alegría y bondad. Decimos a una voz:

    ¡QUIEN PUDIERA COMO TÚ, MARÍA!
    Decir que, en la pequeñez,
    esta la felicidad y el asombro.

    ¡QUIEN PUDIERA COMO TÚ, MARÍA!
    Decir, que en la humildad, se funde la llave
    Para conquistar a Dios.

    ¡QUIEN PUDIERA COMO TÚ, MARÍA!
    Poseer la perfección que a dios enamora,
    y con tus dones, conquistar su corazón.

    ¡QUIEN PUDIERA COMO TÚ, MARÍA!
    Caminar, como tú lo haces,
    Sin temblor ni temor.

    Amén.

    BENDICIÓN DE CIRIOS, VELAS O VELADORAS
    Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.
    Que hizo el cielo y la tierra.
    La luz brilla en las tinieblas.
    Y las tinieblas no la vencieron.
    Cristo es la luz verdadera.
    Que ilumina a todo hombre.
    Yo soy la luz del mundo.
    El que me sigue no anda en tinieblas.
    El Señor esté con ustedes.
    Y con tu espíritu.
    OREMOS
    Señor nuestro Jesucristo, Hijo de Dios vivo, te pedimos por la virtud de la santa Cruz bendigas estos cirios, velas y veladoras que has dado al género humano para rechazar la oscuridad; concédenos que, por la fuerza de esta bendición, alejen ellos toda adversidad y malicia de cualquier lugar en que fueren encendidos o colocados, y traigan el bienestar y tranquilidad a tus fieles; que con la ayuda de tu gracia y el esfuerzo de su trabajo, los bendigas y asistas en sus necesidades para que testimonien con su vida la fe que profesan. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
    Amén.
    Que la Divina Providencia se extienda en cada momento:
    Para que nunca nos falte casa, vestido y sustento, ni los santos sacramentos en el último momento.
    Divina providencia
    Socórrenos.
    RITO DE CONCLUSIÓN

    El Señor esté con ustedes

    Y con tu espíritu

    La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

    Amén

    Pueden ir en paz.

    Demos gracias a Dios.

    CANTO DE SALIDA

    Av. Dos #64 Col. San Pedro de los Pinos Del. Benito Juárez C.P. 03800 Tel. (55) 1054-1085 | (55) 1054-1086

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