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V Domingo de Pascua

07 de mayo de 2023
V Domingo de Pascua
MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos, bienvenidos a la fiesta de la comunidad. Estamos viviendo el tiempo de la Pascua, de la resurrección y de la vida. Estamos llamados a revivir nuestra esperanza y a contagiarnos de la alegría que la liturgia nos transmite en este tiempo. El camino de cada día lo tenemos que hacer con el Señor y con los hermanos. Comencemos nuestra celebración con la antífona y el canto de entrada.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 97, 1-2
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.
Canto de entrada

En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
SALUDO
Bendito sea Dios, que en su gran misericordia nos hizo renacer por la Resurrección de Jesucristo, y que su gracia esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
(Silencio)

Tú que eres el camino que conduce al Padre:

Señor, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Tú que eres la verdad que ilumina los pueblos:

Cristo, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Tú que eres la vida que renueva el mundo:

Señor, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Amén

GLORIA

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, lleva a su plenitud en nosotros el sacramento pascual, para que, a quienes te dignaste renovar por el santo bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu protección, abundar en frutos buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
Tomen asiento daremos inicio a la:
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
Estamos viviendo el tiempo de la Iglesia. Nace despacio y con dificultades. Cada uno colabora en su construcción desde el Espíritu que se le ha dado. Los apóstoles desde la Palabra, los diáconos desde el servicio y todos con la presencia y la oración. Edifiquemos juntos nuestra comunidad.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 1-7

En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.

Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron: "No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra".

Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.

Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL SALMO
Cantamos con gozo el salmo donde se nos invita a proclamar la felicidad de quienes han sido elegidos por Dios y en Él confían.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32
El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.
El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Que los justos aclamen al Señor;
es propio de los justos alabado.
Demos gracias a Dios al son del arpa,
que la lira acompañe nuestros cantos.

El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Sincera es la palabra del Señor
y todas sus acciones son leales.
Él ama la justicia y el derecho,
la tierra llena está de sus bondades.

El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen
y en su bondad confían;
los salva de la muerte
y en épocas de hambre les da vida.

El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Este pueblo de Dios tiene como misión proclamar las maravillas que Dios hace en medio de nosotros. Pedro nos dice en su carta que somos un reino de sacerdotes y una nación consagrada y que tenemos que edificar sobre la piedra angular que es Cristo. Escuchemos…
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pedro 2, 4-9

Hermanos; Acérquense al Señor Jesús, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios; porque ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de Jesucristo. Tengan presente que está escrito:

He aquí que pongo en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.

Dichosos, pues, ustedes, los que han creído. En cambio, para aquellos que se negaron a creer, vale lo que dice la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra angular, y también tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella los que no creen en la palabra, y en esto se cumple un designio de Dios. Ustedes, por el contrario, son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL EVANGELIO
En esta catequesis de Jesús antes de su Ascensión, Jesús invita a sus discípulos a poner su confianza en Dios.
Hay una casa para nosotros, hay un Padre que nos espera y hay un camino que nos conduce hasta la meta. El camino es Jesús. Escuchemos la proclamación del evangelio.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6
Aleluya, Aleluya
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor.
Aleluya, Aleluya
EVANGELIO
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.

Del santo Evangelio según san Juan 14, 1-12
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".

Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?". Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".

Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Tomen asiento
HOMILÍA
Jesucristo, único intérprete de nuestra historia y camino al Padre

Queridos hermanos, Bendigamos a nuestro Dios y Padre quien por su Hijo nos ha convocado a celebrar una vez, más el misterio de la redención. Nuestras Eucaristías, especialmente las dominicales, son ocasión de un encuentro íntimo con Dios que jamás deja de hablarnos para orientar nuestras vidas hacia Él, que es el término de nuestro paso por este mundo. Sólo con su auxilio podemos superar los avatares de la historia. Pero no olvidemos que, por voluntad de Cristo, unidos a Él, nos encontramos, también, con los hermanos. Es uno de los sentidos que tienen las celebraciones comunitarias de cada domingo: crear comunidad con Dios y con los hermanos,

Y, como siempre, la historia, esta historia, en la que la Providencia divina quiso colocarnos; esta historia está en las manos de Dios, Y es, así, siempre Historia de Salvación. Por eso la entendemos mejor a la luz de su Palabra y así, podemos entrar en su proyecto mediante la obediencia en el amor. Así nos lo hace ver la primera lectura cuando nos narra san Lucas, primer historiador de la Iglesia, que los apóstoles, ante una necesidad muy sentida de predicar la Palabra, decidieron, iluminados por el Espíritu, Santo, elegir a unos hombres de los recién convertidos, para un nuevo ministerio de caridad, mientras ellos se dedicarían a la evangelización. Así, vemos que, desde el principio, la Palabra tuvo la primacía. Por tanto, dejemos que la Palabra, especialmente la de Jesús mismo, nos hable hoy y nos explique la historia presente.

Como creyentes, queridos hermanos, no podemos ver de mejor manera esta crisis, a la que nos ha llevado la pandemia del covir19, más que a la luz de la Palabra que nos hace saber que todo está en las manos de Dios y que, porque nos ama, Él nunca dejará que nada nos dañe fatalmente. Aceptamos, en la fe, que Dios sólo quiere nuestro bien pleno, simplemente, porque nos ama. Por eso no nos damos por derrotados, antes bien, esperamos que, con nuestra cooperación, podremos salir, de cualquier modo, adelante.

Por la fe, creemos que Dios se hace presente en cualquier momento de nuestra historia, individual o comunitaria, y que cuando superamos con su ayuda los momentos más duros, salimos ganando y crecemos en muchos sentidos. Con esta conciencia nos proponemos buscar formas de cooperar con Él para oír mejor su voz, y aceptar en nuestra vida lo que nos quiere decir a través de las circunstancias por las que pasamos. Así es como experimentamos su presencia en nuestra historia. Su presencia siempre misericordiosa.

Este domingo, el Señor Jesús nos habla con una contundencia tal que no hay lugar para equívocos. “Yo soy el camino, a verdad y la vida”. Nos hace tomar conciencia de su identidad. El Padre lo envió para ponernos nuevamente en relación íntima con Él. Nos está diciendo, entonces, que no hay otro camino de acceso a Dios que no sea Él mismo; que nadie puede mostrarnos la verdad del misterio divino −y la vez, la más profunda realidad del hombre− sino Él; y que nadie nos puede garantizar después de nuestro paso por la historia, la vida en plenitud, que no sea Él. De alguna manera responde Jesús a Tomás: Si crees que yo soy la verdad y la vida, puedes estar seguro de encontrar en mí el camino que conduce al Padre, hacia el que voy y en el que estoy.

Hermanos, nosotros creemos y proclamamos que fuera de Él, ¡nada ni nadie nos pueden llevar al verdadero conocimiento del Dios único! Sin Jesucristo no existe posibilidad alguna de una auténtica, profunda y sólida experiencia del misterio inefable de Dios. Por eso, creemos en este momento de crisis múltiple que Dios está con nosotros, cerca de nosotros. Y lo creemos así porque, a lo largo de la Historia personal y universal, hemos ‘visto’ con los ojos de la fe, que cumple siempre lo que promete. Pero primero porque Jesús nos enseñó a confiar plenamente en Dios entregándonos en el amor y la esperanza, porque conocemos cuánto nos ama. Con esta certeza de fe ya no tenemos ninguna clase de miedo. Atrevámonos a confiar en Él totalmente, aún en os momentos más difíciles, Por tanto, hermanos, cooperemos con optimismo y responsabilidad social a superar esta pandemia y a retomar, con nuevo entusiasmo y creatividad, las tareas que tuvimos que abandonar, sin olvidar que Dios nos ha hablado a través de este doloroso evento. Este mundo, nuestro país incluido, no volverá a ser el mismo. Habrá mucho que hacer y mucho que cambiar. Preguntémonos con sinceridad ¿Qué tan dispuestos estamos, como comunidad y como individuos, a cambiar lo que haya que cambiar? ¿En qué aspectos de la vida individual y social urgen cambios? Desde esta amarga experiencia que estamos viviendo, ¿qué nos parece que debemos cambiar? Amén.

Nos ponemos de pie
Credo de los Apostoles
CREDO DE LOS APOSTOLES

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo
su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén

PLEGARIA UNIVERSAL

Hermanos y hermanas, desde el inicio Jesús recuerda insistentemente la llamada a permanecer unidos entre nosotros y unidos a Él. Oremos a una voz:

Que seamos uno en el amor.

Que seamos uno en el Amor

• Creemos en una Iglesia que fomente la unidad de todos los cristianos, que nos ayude a crecer en consciencia de unidad y en corresponsabilidad con la humanidad entera. Oremos.

Que seamos uno en el Amor

• Anhelamos la unidad de todas las iglesias y religiones: que transitemos los caminos comunes que nos unen, buscando el bien de cada ser humano más allá de creencias, razas y diferencia alguna. Oremos.

Que seamos uno en el Amor

• Buscamos proclamar con nuestra vida toda la fuerza, la luz, la alegría y la paz que nos ofrece el seguimiento de Jesús, siendo referentes para nuestros niños y jóvenes. Oremos.

Que seamos uno en el Amor

• Queremos construir un mundo más unido, más humano y humanizador, donde la igualdad, la justicia y la paz sean posibles, donde cada cual se sienta tratado con amor. Oremos.

Que seamos uno en el Amor

• Necesitamos crecer en confianza, tener una mirada iluminadora sobre cada persona que nos permita reconocer la presencia del Resucitado en los que tenemos cerca y también en los de lejos. Oremos.

Que seamos uno en el Amor

Madre-Padre bueno, que escuchemos con urgencia la llamada de tu Hijo a vivir unidos, a sabernos responsables los unos de los otros, a fomentar lo común, lo vinculante, lo fraterno. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

ORACION POR LAS VOCACIONES

Oh, Jesús,
Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar
con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
danos vocaciones,
danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada
Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.
Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos
según tu corazón. Amén.

Pueden sentarse, ahora iniciamos la:
LITURGIA EUCARÍSTICA
MONICIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Con mucha alegría llevemos al altar el Pan y el Vino, fruto de nuestro esfuerzo, y que se convertirán en el Cuerpo y Sangre de Cristo.
CANTO DE OFRENDAS

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; Él será para nosotros bebida de salvación.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

Lava del todo mi delito. Señor, y limpia mi pecado.

De pie

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios

Es justo y necesario

PREFACIO: Jesús, Hijo del Padre

Gracias, Dios y Padre, porque te has dignado manifestarte y hemos oído tu voz en las palabras de tu hijo amado. Queramos o no, conscientes o no, estás presente en nosotros y nos das la vida. Tú eres la vida que vivimos, el amor que sentimos y el bien que hacemos. Tu Espíritu nos enriquece y nos abre horizontes, ilumina nuestra íntima conciencia y nos mueve a solidarizarnos con los demás.

Gracias por ser nuestra fuente de inspiración. Gracias también, Padre, por tantos testigos y profetas que nos han abierto los ojos y nos han ayudado a descubrir el sentido de nuestro propio bautismo. Gracias por tanta buena gente que nos ha enseñado el camino que lleva a Ti. Sinceramente agradecidos, entonamos en tu honor este himno de alabanza.

SANTO

Te bendecimos, Padre, por tu hijo Jesús, el amado, el predilecto, en quien has puesto tus complacencias de Creador y sobre el que derramaste tu Espíritu en plenitud. Recordamos con emoción cómo Jesús, a través de toda su vida, actuó siempre como hijo tuyo y se identificó plenamente contigo.

Nos dio ejemplo a quienes queremos sentirnos hijos tuyos. Que no se logra con solo invocarte como Padre sino siguiendo en todo el rastro de tu hijo Jesús. Respetó a toda criatura, no pisó, ni tiró al suelo la caña quebrada. Del árbol caído no hizo leña. La llama vacilante no la apagó.

Vino a ayudar a los más débiles y a defenderlos contra las injusticias. Infundió una fuerza nueva a los pobres y oprimidos. Por eso los poderosos se alarmaron y se pusieron en movimiento contra él, para destruirlo. Padre Dios, ante nuestros ojos está el bautismo de tu amado hijo en el Jordán confundido entre pecadores y su bautismo de sangre en la cruz entre ladrones. Recordamos y celebramos su esfuerzo y testimonio.

Consagración del Pan y el Vino

Por eso te suplicamos Señor que derrames tu Santo Espíritu sobre estos dones de Pan y Vino y así se nos conviertan en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo Jesús, nuestro Señor.

Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, y, mientras cenaba con sus discípulos, tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía.

Éste es el Misterio de la fe. Cristo nos redimió.

Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte. Señor, hasta que vuelvas.

Te suplicamos, Padre de bondad, que nos envíes tu Espíritu, como hiciste con Jesús a orillas del Jordán, para que nos decidamos a seguir sus huellas y merezcamos llamarnos también hijos tuyos. Te pedimos por la comunidad cristiana para que refleje en su vida, acompañados de María la madre de tu Hijo, de San José su esposo, de los apóstoles, santos y mártires, el compromiso de su bautismo y dé testimonio, personal y colectivo, de profesar y seguir el verdadero mensaje de Jesús.

Te pedimos por toda la humanidad, para que, guiados por el Papa Francisco, por nuestro Obispo Carlos, sus Obispos auxiliares, presbíteros y diáconos, unos junto a otros, solidariamente, construyamos, porque es posible, ese mundo justo y equitativo que has soñado.

Te pedimos hoy por nuestros familiares y amigos enfermos y cuantos ocupan un lugar preferente en nuestro corazón. No olvides a quienes la muerte ha separado de nosotros y abre para ellos las puertas del cielo.

A ti, Padre bueno, Padre de Jesús y padre nuestro, nos dirigimos hoy todos los bautizados en Cristo.

Amén

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
RITO DE COMUNIÓN

Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Padre, líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de todo conflicto, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
Como hijos de Dios, intercambiemos ahora un signo de comunión fraterna.
CORDERO

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo,diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.

Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme.
MOTIVACIÓN A LA ANTÍFONA DE COMUNIÓN

Para compartir el pan con nuestros hermanos acerquémonos a comulgar, pero antes a una voz digamos la Antífona de la Comunión.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 15, 1. 5

Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.

Pueden sentarse
CANTO DE COMUNIÓN


 


 


 


 


 

REFLEXIÓN

Llenos del Espíritu del Señor, después de haber comulgado, digamos gozosos: Tú eres camino, verdad y vida.

Señor de la misericordia,
tú eres el camino, la verdad y la vida.
Te pedimos que guíes nuestros pasos
en este camino de la vida,
para que siempre caminemos
en la verdad y en la luz.

Ayúdanos a ser fieles a tus enseñanzas
y a vivir según tu voluntad.
Danos la fuerza y la sabiduría necesarias
para enfrentar los desafíos de cada día
y para superar las dificultades
que se presentan en nuestro camino.

Te pedimos que nos ayudes
a amar a nuestros hermanos y hermanas
como tú nos has amado,
y que nos des la gracia de perdonar
a aquellos que nos han ofendido.

Gracias por ser nuestro camino,
nuestra verdad y nuestra vida.

Amén

Avisos Parroquiales
AVISOS PARROQUIALES
  • Revista desde la fe.
  • 60 familias – 60 bancas – $1,500.00 por banca.
  • Los invitamos a la velada de Pentecostés para recibir el Espíritu Santo juntos, será la noche del sábado 27 de mayo a las 9 pm, terminando el domingo 28 de mayo a las 6 am.
  • Concierto por el día de las madres. Sábado 13 de mayo a las 20h. Donativo voluntario.
  • Misas por el día de las madres, Miércoles 10 de mayo a las 8, 12 y 19 h. Pasar a la oficina para anotar sus intenciones.
  • De pie
    ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

    Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

    Amén.

    RITO DE CONCLUSIÓN

    El Señor esté con ustedes

    Y con tu espíritu

    La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

    Amén

    MOTIVACIÓN A LA SALIDA

    Vayamos a vivir como genuinos discípulo de Jesús siendo mas solidarios con las necesidades de nuestros hermanos.

    Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.

    Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.

    CANTO DE SALIDA

    Av. Dos #64 Col. San Pedro de los Pinos Del. Benito Juárez C.P. 03800 Tel. (55) 1054-1085 | (55) 1054-1086

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