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IV Domingo de Pascua

30 de abril de 2023
IV Domingo de Pascua
MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos: la alegría pascual sigue inundando nuestra vida con la luz de su misterio inagotable que se expresa en la diversidad de imágenes y figuras que en la tradición bíblica abundan y que Jesús asumió y perfeccionó con su misterio y su obra salvadora. Éste es el caso de las dos imágenes que Jesús emplea hoy en evangelio según san Juan: el pastor y la puerta del redil. Pongámonos de pie para iniciar nuestro encuentro con Jesús.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 32,5-6
La tierra está llena del amor del Señor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.
Canto de entrada

En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
SALUDO
Que el gozo y la paz de nuestro Buen Pastor resucitado estén siempre con todos ustedes.
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
Queridos hermanos: Invoquemos la bendición de Dios, nuestro Padre, y pidámosle que la aspersión de esta agua reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por medio del cual fuimos sumergidos sacramentalmente en la muerte redentora del Señor para resucitar con él a la vida nueva.
(Silencio)

Padre celestial, que del Cordero inmolado en la cruz haces brotar una fuente de agua viva.

Bendice y purifica a tu Iglesia.

Cristo Jesús, que renuevas la juventud de la Iglesia en el baño del agua con la palabra de la vida.

Bendice y purifica a tu Iglesia.

Espíritu Santo, que nos haces renacer de las aguas del Bautismo como primicia de la humanidad nueva.

Bendice y purifica a tu Iglesia.

Dios todopoderoso. Padre santo, que por medio de los sacramentos de la fe renuevas las maravillas de la creación y de la redención, ben dice esta agua y concede que todos los renacidos en el Bautismo sean mensajeros y testigos de la Pascua, que se renueva incesantemente en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Terminada la bendición, el sacerdote toma el hisopo, se rocía a sí mismo y, luego, rocía a los ministros, al clero y a los fieles.

Mientras tanto, se canta un canto apropiado distinto del Señor, ten piedad.

Una vez acabado el canto, el sacerdote, de pie y vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas, dice:

Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino. Por los siglos de los siglos.

Amén.

GLORIA

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales para que tu rebaño, a pesar de su fragilidad, llegue también a donde lo precedió su glorioso Pastor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
Tomen asiento daremos inicio a la:
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
Vamos a escuchar, en esta primera lectura, al evangelista san Lucas, autor de los Hechos de los Apóstoles, que nos narra cómo san Pedro, anuncia la gran noticia sobre Jesús quien, por su muerte y resurrección, fue constituido Señor y Pastor el universo. Para ponernos bajo su señorío es necesario el bautismo junto con la conversión. Escuchemos con atención.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 14. 36-41

El día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando la voz, dijo: "Sepa todo Israel con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado".

Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?". Pedro les contestó: "Conviértanse y bautícense en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos".

Con éstas y otras muchas razones, los instaba y exhortaba, diciéndoles: "Pónganse a salvo de este mundo corrompido". Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil personas.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me faltará. Aleluya.
El Señor es mi pastor, nada me faltará. Aleluya.

El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.

El Señor es mi pastor, nada me faltará. Aleluya.

Por ser un Dios fiel a sus promesas,
me guía por el sendero recto;
así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo,
tu vara y tu cayado me dan seguridad.

El Señor es mi pastor, nada me faltará. Aleluya.

Tú mismo me preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume
y llenas mi copa hasta los bordes.

El Señor es mi pastor, nada me faltará. Aleluya.

Tu bondad y tu misericordia
me acompañarán todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor
por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me faltará. Aleluya.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Escuchamos ahora al mismo san Pedro que, nos exhorta a que, a imitación de Cristo, vivamos con paciencia las consecuencias negativas que no trae el ser fieles seguidores de Cristo, ya que Él, siendo inocente, cargó con nuestras culpas. Estemos atentos.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pedro 2, 20b-25

Hermanos: Soportar con paciencia los sufrimientos que les vienen a ustedes por hacer el bien, es cosa agradable a los ojos de Dios, pues a esto han sido llamados, ya que también Cristo sufrió por ustedes y les dejó así un ejemplo para que sigan sus huellas.

El no cometió pecado ni hubo engaño en su boca; insultado, no devolvió los insultos; maltratado, no profería amenazas, sino que encomendaba su causa al único que juzga con justicia; cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Por sus llagas ustedes han sido curados, porque ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL EVANGELIO
El Pastor único e insustituible es Jesucristo. Este título se le da, en el Antiguo Testamento, en primer lugar, a Dios mismo; después al Mesías esperado y al Rey que, con David, se convierte en figura de Jesucristo, el buen Pastor por excelencia. Escuchemos con devoción y respeto a Jesús describiéndose a si mismo.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14
Aleluya, Aleluya
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí.
Aleluya, Aleluya
EVANGELIO
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.

Del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".

Jesús les puso esta comparación. pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Tomen asiento
HOMILÍA
Escuchar la voz de Jesús

En algunos ámbitos de la Iglesia se insiste más que nunca en la necesidad de un «magisterio eclesiástico» fuerte para dirigir a los fieles en medio de la crisis actual. Estas llamadas no logran, sin embargo, detener su creciente «devaluación» entre amplios sectores de cristianos.

De hecho, no pocas intervenciones de los obispos provocan reacciones encontradas. Unos las alaban con fervor, otros las critican duramente, y la mayoría las olvida a los pocos días. Mientras tanto, en el evangelio se nos recuerdan unas palabras de Jesús que nos interpelan a todos: «Las ovejas siguen al pastor porque conocen su voz».

Lo primero y decisivo también hoy es que, en la Iglesia, los creyentes escuchemos «la voz» de Jesucristo en toda su originalidad y pureza, no el peso de las tradiciones ni la novedad de las modas, no las «preocupaciones» de los eclesiásticos ni los «gustos» de los teólogos, no nuestros intereses, miedos o acomodaciones.

Esto exige no confundir sin más la voz de Jesucristo con cualquier palabra que se pronuncia en la Iglesia. No hemos de dar por supuesto que en toda intervención de los obispos, en toda predicación de los curas, en todo escrito de los teólogos o en toda exposición de los catequistas se está escuchando fielmente la voz de Jesús.

Siempre existe un riesgo. Que llenemos la Iglesia de escritos y cartas pastorales, de documentos y libros de teología, de catequesis y predicaciones, sustituyendo con nuestro «ruido» la voz inconfundible de Jesús, nuestro único maestro. Lo recordaba una y otra vez el obispo san Agustín: «Tenemos un solo maestro. Y, bajo él, todos somos condiscípulos. No nos constituimos en maestros por el hecho de hablar desde el púlpito. El verdadero Maestro habla desde dentro».

Hemos de preguntarnos si la palabra que se escucha en la Iglesia proviene de Galilea y nace del Espíritu del Resucitado. Esto es lo decisivo, pues el magisterio, la predicación o la teología han de ser una invitación a que todos y cada uno de los creyentes escuchemos de manera fiel la voz de Cristo. Solo cuando uno «aprende» algo de Jesús se convierte en su seguidor.

Nos ponemos de pie
Credo de los Apostoles
CREDO DE LOS APOSTOLES

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo
su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén

PLEGARIA UNIVERSAL

Hermanos y hermanas, Jesús es la puerta a la Vida, a la plenitud, a la libertad, a lo positivo, al respeto, a la paz, al amor. Oremos a una voz:

Queremos ser huella del Resucitado

Queremos ser huella del Resucitado

• Que la Iglesia sea reconocida por su capacidad de acogida incondicional, ofreciendo a todo el que se acerque cobijo, oportunidad, perdón, alegría, sentido de vida.

Queremos ser huella del Resucitado

• Que los seguidores del Resucitado apuntemos con nuestra vida al Reino, que seamos cauce de Vida, reconciliación, agradecimiento, justicia y paz.

Queremos ser huella del Resucitado

• Que surjan en nuestra sociedad y mundo hombres y mujeres referentes de vida evangélica, personas que despierten y hagan posible la utopía del Reino, que contagien la presencia del Resucitado en nuestro día a día.

Queremos ser huella del Resucitado

• Que, en comunidad, acompañemos por el camino de la vida a las personas, estableciendo vinculaciones afectivas sanadoras, animando al compromiso con la vida y el bienestar de los demás.

Queremos ser huella del Resucitado

• Que acertemos a paliar soledades, acompañar travesías dolientes, curar heridas, sostener cansancios, liberar de esclavitudes, ofrecer sentido y esperanza.

Queremos ser huella del Resucitado

Padre Madre buena, deseamos descubrir y vivir nuestra fe como fuente de vida que nos empuja a vivir la vida en clave de fiesta, servicio y agradecimiento.

Amén.

ORACION POR LAS VOCACIONES

Oh, Jesús,
Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar
con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
danos vocaciones,
danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada
Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.
Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos
según tu corazón. Amén.

Pueden sentarse, ahora iniciamos la:
LITURGIA EUCARÍSTICA
MONICIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos Señor, este pan y este vino que desean, que por acción de tu Santo Espíritu se convertirán en tu Cuerpo y en tu Sangre, alimento de vida eterna que nos fortalece y nos compromete a vivir como testigos de tu Resurrección.
CANTO DE OFRENDAS

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; Él será para nosotros bebida de salvación.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

Lava del todo mi delito. Señor, y limpia mi pecado.

De pie

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad.

Amén

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios

Es justo y necesario

PREFACIO: La puerta y el pastor

Sabemos, Señor, que debemos agradecerte cada día el maravilloso milagro cotidiano de tu creación. Gracias, Padre, porque nos has creado y nos sostienes, gracias por ser nuestro manantial inagotable de vida.

Queremos ser conscientes de que vives en nosotros. No hay que esperar a la muerte para encontrarse contigo. Creemos, Dios nuestro, que aunque no te veamos, tú nos acompañas a lo largo de toda nuestra vida.

Nos sale de dentro proclamar tu bondad de Padre y Madre y junto con todos los hombres y mujeres de buena fe, dedicarte este himno de gloria y alabanza.

SANTO

Sentimos que debemos darte gracias, Padre nuestro, por cuanto ha hecho por nosotros tu hijo Jesús.

La razón de su existencia ha sido darnos vida, vida en abundancia, para que nos rebosara y la volcáramos hacia los demás. Él nos entregó su propia vida, por entero, día a día, porque la vivió dedicando todos sus esfuerzos a poner los cimientos para la construcción del reino.

Siguió tu llamada y fue fiel a su vocación, hasta terminar su vida en una cruz. Recordamos ahora con profundo respeto y emoción el testamento que nos dejó poco antes de morir, su mandamiento de amor y entrega a la humanidad.

Consagración del Pan y el Vino

Por eso. Padre, te suplicamos que santifiques por la efusión de Tu Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.

Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, y, mientras cenaba con sus discípulos, tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía.

Éste es el Misterio de la fe. Cristo se entregó por nosotros.

Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has liberado por tu cruz y resurrección.

Llénanos, Padre santo, de vida interior, danos hábito de oración, queremos hablarte con frecuencia y si fuera posible oír tu voz, escucharte. Nos proponemos cerrar los oídos a tanto ruido que nos ensordece y mirar más hacia dentro, donde Tú estás, así te escuchó María la Virgen Madre de Jesús, su esposo San José, los discípulos, santos y mártires que te han conocido a través de los tiempos.

Queremos tener vivencia de ti, Señor, que esta experiencia vital sea nuestra auténtica religión, por encima de cualquier doctrina, culto o moral. Queremos seguir los pasos de Jesús, para que él sea nuestro único pastor y guía, nuestro mejor amigo, porque él no quiere someternos sino liberarnos, porque él nos conoce y nos llama por nuestro nombre.

Queremos que Jesús sea la puerta para llegar a Ti, reparte tu Espíritu a todos los creyentes, al Papa Francisco, a nuestro Obispo Carlos, a todo el orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, a religiosos y religiosas así como a laicas y laicos comprometidos, para que superemos generosamente nuestras diferencias y nos encontremos todos en la pura verdad del evangelio.

Te pedimos por nuestros hermanos y hermanas que se han dormido en la esperanza de tu resurrección, que un día compartamos con ellos el gozo de tu presencia eterna. Y que la unidad de tu rebaño y su voluntad de servicio sea testimonio de vida para todos los seres humanos.

Nuestro anhelo, como fue el de tu hijo Jesús, es invocar y bendecir tu nombre, todos juntos, por toda la eternidad.

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
RITO DE COMUNIÓN

Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Padre, líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de todo conflicto, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
En Cristo, el buen pastor que nos ha hecho de nosotros un solo rebaño, dense la paz como signo de comunión.
CORDERO

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo,diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.

Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme.
MOTIVACIÓN A LA ANTÍFONA DE COMUNIÓN

Para compartir el pan con nuestros hermanos acerquémonos a comulgar, pero antes a una voz digamos la Antífona de la Comunión.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 21, 12-13

Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.

Pueden sentarse
CANTO DE COMUNIÓN


 


 


 


 


 

REFLEXIÓN

Después de haber comulgado, oremos a una voz: Jesús buen Pastor.

Oh Jesús, Buen Pastor,
que cuidas de tu rebaño
con amor misericordia,
te pedimos que guíes nuestros
pasos por el camino que nos lleva hacia ti.

Que nos mantengamos unidos a ti,
y que nunca nos apartemos de tu protección.
Derrama tu gracia sobre nosotros,
y haz que siempre reconozcamos tu voz
y sigamos tus enseñanzas.

Ayúdanos a ser pastores
en nuestro propio camino,
guiando y cuidando a aquellos que nos rodean,
y llevándolos hacia ti.

Oh Jesús, Buen Pastor,
te pedimos que nos concedas la gracia
de conocerte más profundamente cada día,
y que siempre sintamos tu amor
y tu cuidado en nuestras vidas.

Amén.

Avisos Parroquiales
AVISOS PARROQUIALES
  • El próximo viernes 05 de mayo tendremos a las 12 del día la Misa de Unción de Enfermos.
  • Revista desde la fe.
  • 60 familias – 60 bancas – $1,500.00 por banca.
  • Los invitamos a la velada de Pentecostés para recibir el Espíritu Santo juntos, será la noche del sábado 27 de mayo a las 9 pm, terminando el domingo 28 de mayo a las 6 am.
  • Concierto por el día de las madres. Sábado 13 de mayo a las 20h Donativo voluntario.
  • Lunes 01 de mayo NO HABRÁ SERVICIO en la parroquia.
  • De pie
    ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

    Buen Pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las praderas eternas.

    Amén.

    RITO DE CONCLUSIÓN

    El Señor esté con ustedes

    Y con tu espíritu

    La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

    Amén

    Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.

    Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.

    CANTO DE SALIDA

    Av. Dos #64 Col. San Pedro de los Pinos Del. Benito Juárez C.P. 03800 Tel. (55) 1054-1085 | (55) 1054-1086

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