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I Domingo de Cuaresma

26 de febrero de 2023
I Domingo de Cuaresma
MONICIÓN DE ENTRADA
Bendigamos a Dios, queridos hermanos, que nos concede iniciar este tiempo de Cuaresma, que nos da por medio de la Iglesia; una oportunidad de reencontrar y volver por el camino que, desde el principio de la Historia, Dios nos ha marcado para nuestra salvación, y del cual nos hemos separado culpablemente. Pero también demos gracias, porque en su Hijo, y con nuestra adhesión a Él, nos ha dado las gracias que necesitamos. Pongámonos de pié y a una voz entonemos la antífona de entrada…
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 90, 15-16
Me invocará y yo lo escucharé; lo libraré y lo glorificaré; prolongaré los días de su vida.
Canto de entrada

En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
SALUDO
Que el Espíritu de Dios nos ayude a responder dócilmente a su llamado penitencial, y que su gracia salvadora esté siempre con todos ustedes.
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
Hermanos; para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.
(Silencio)

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra,
obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.
Por eso ruego
a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios,
nuestro Señor.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Amén

No se dice gloria
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que por las prácticas anuales de esta celebración cuaresmal, progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo, y traduzcamos su efecto en una conducta irreprochable. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
Tomen asiento daremos inicio a la:
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
El texto del libro del Génesis que leeremos a continuación nos narra cómo el Dios creador formó al hombre y a la mujer. Su destino era su felicidad sin embargo ellos no lo comprendieron así y, por consecuencia, la historia cambió. Presten atención.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Génesis 2, 7-9; 3, 1-7

Después de haber creado el cielo y la tierra, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

La serpiente era el más astuto de los animales del campo que había creado el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer:

"¿Es cierto que Dios les ha prohibido comer de todos los árboles del jardín?"

La mujer respondió:

"Podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín, pero del árbol que está en el centro,

dijo Dios:

'No comerán de él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de morir' ".

La serpiente replicó a la mujer:

"De ningún modo. No morirán. Bien sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol, se les abrirán a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce el bien y el mal".

La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó, pues, de su fruto, comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella, el cual también comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera y se cubrieron con ellas.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL SALMO
Respondamos a la iniciativa del Señor con el salmo 50, dirigidos por el coro
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 50
Misericordia, Señor, hemos pecado.
Misericordia, Señor, hemos pecado.

Por tu inmensa compasión y misericordia,
Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos
y purifícame de mis pecados.

Misericordia, Señor, hemos pecado.

Puesto que reconozco mis culpas,
tengo siempre presentes mis pecados.
Contra ti solo pequé, Señor,
haciendo lo que a tus ojos era malo.

Misericordia, Señor, hemos pecado.

Crea en mí, Señor, un corazón puro,
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu.

Misericordia, Señor, hemos pecado.

Devuélveme tu salvación, que regocija,
mantén en mí un alma generosa.
Señor, abre mis labios
y cantará mi boca tu alabanza.

Misericordia, Señor, hemos pecado.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Por medio del pecado de Adán todos nos constituimos en pecadores, pero por medio de Jesucristo hemos sido salvados. Y se realizó así porque Dios tiene un plan de salvación al que están llamados a participar todas las personas que se abren a su Palabra salvadora y liberadora.
Vamos a escuchar con atención este pasaje paulino.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-19

Hermanos: Así como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, así la muerte llegó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

Antes de la ley de Moisés ya había pecado en el mundo y, si bien es cierto que el pecado no se imputa cuando no hay ley, sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir.

Ahora bien, con el don no sucede como con el delito, porque si por el delito de uno solo murieron todos, ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos! Y con el don no sucede como con las consecuencias del pecado de uno solo, porque ciertamente la sentencia, partiendo de uno solo, lleva a la condenación, pero la obra de la gracia, partiendo de muchos delitos, se resuelve en justificación.

En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte, por un solo hombre, ¡con cuánta más razón los que reciben la abundancia de la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno solo, Jesucristo!

Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura para todos los hombres la justificación, que da la vida. En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos.

Palabra de Dios

Te alabamos, Señor.

MONICIÓN AL EVANGELIO
Jesús es conducido por el Espíritu al desierto para prepararse para su misión. Las tentaciones más frecuentes del ser humano: el poder, la vida fácil, el sensacionalismo y el afán desmedido de posesiones y riquezas, se le presentan. Jesús sabe rechazar cada una de las tentaciones y es fiel al proyecto y a la misión que se le ha encomendado en medio de su pueblo.
De pie por favor, para escuchar el texto evangélico de hoy.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
Honor y gloria a ti, Señor, Jesús
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Honor y gloria a ti, Señor, Jesús
EVANGELIO
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.

Del santo Evangelio según san Mateo 4, 1-11
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo:

"Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".

Jesús le respondió:

"Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios".

Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo:

"Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna".

Jesús le contestó:

"También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".

Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo:

"Te daré todo esto, si te postras y me adoras".

Pero Jesús le replicó:

"Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás".

Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Tomen asiento
HOMILÍA
Los miedos en la Iglesia

Probablemente es el miedo lo que más paraliza a los cristianos en el seguimiento fiel a Jesucristo. En la Iglesia actual hay pecado y debilidad, pero hay sobre todo miedo a correr riesgos. Hemos comenzado el tercer milenio sin audacia para renovar creativamente la vivencia de la fe cristiana. No es difícil señalar alguno de estos miedos.

Tenemos miedo a lo nuevo, como si «conservar el pasado» garantizara automáticamente la fidelidad al Evangelio. Es cierto que el Concilio Vaticano II afirmó de manera rotunda que en la Iglesia ha de haber «una constante reforma», pues «como institución humana la necesita permanentemente». Sin embargo, no es menos cierto que lo que mueve en estos momentos a la Iglesia no es tanto un espíritu de renovación cuanto un instinto de conservación.

Tenemos miedo para asumir las tensiones y conflictos que lleva consigo buscar la fidelidad al evangelio. Nos callamos cuando tendríamos que hablar; nos inhibimos cuando deberíamos intervenir. Se prohíbe el debate de cuestiones importantes, para evitar planteamientos que pueden inquietar; preferimos la adhesión rutinaria que no trae problemas ni disgusta a la jerarquía.

Tenemos miedo a la investigación teológica creativa. Miedo a revisar ritos y lenguajes litúrgicos que no favorecen hoy la celebración viva de la fe. Miedo a hablar de los «derechos humanos» dentro de la Iglesia. Miedo a reconocer prácticamente a la mujer un lugar más acorde con el espíritu de Jesús.

Tenemos miedo a anteponer la misericordia por encima de todo, olvidando que la Iglesia no ha recibido el «ministerio del juicio y la condena», sino el «ministerio de la reconciliación». Hay miedo a acoger a los pecadores como lo hacía Jesús. Difícilmente se dirá hoy de la Iglesia que es «amiga de pecadores», como se decía de su Maestro.

Según el relato evangélico, los discípulos caen por tierra «llenos de miedo» al oír una voz que les dice: «Este es mi Hijo amado... escuchadlo». Da miedo escuchar solo a Jesús. Es el mismo Jesús quien se acerca, los toca y les dice: «Levantaos, no tengáis miedo». Solo el contacto vivo con Cristo nos podría liberar de tanto miedo.

Nos ponemos de pie
Credo de los Apostoles
CREDO DE LOS APOSTOLES

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo
su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén

PLEGARIA UNIVERSAL
ORACION POR LAS VOCACIONES

Oh, Jesús,
Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar
con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
danos vocaciones,
danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada
Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.
Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos
según tu corazón. Amén.

Pueden sentarse, ahora iniciamos la:
LITURGIA EUCARÍSTICA
MONICIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos el pan y el vino que serán convertidos en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y que sirvan de alimento en la preparación del camino hacia ti Padre bueno.
CANTO DE OFRENDAS

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; Él será para nosotros bebida de salvación.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

Lava del todo mi delito. Señor, y limpia mi pecado.

De pie

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que nos hagas dignos de estos dones que vamos a ofrecerte, ya que con ellos celebramos el inicio de este venerable misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios

Es justo y necesario

PREFACIO: Tentaciones

Gracias, Padre, porque infundes confianza en nosotros y sabemos que podemos hacer frente a las tentaciones que nos acechan a cada paso, como las del consumismo desmedido que nos ciega, y nos esconde los mejores valores y el auténtico disfrute de la vida, o la tentación de dominar a los demás, de tratar de servirnos de ellos, olvidando la inigualable satisfacción de sentirnos útiles y regalar felicidad.

Querríamos superar nuestras propias debilidades y dedicarnos con la fuerza de tu Espíritu a luchar contra las injusticias que desgraciadamente padece la mayor parte de la humanidad. Invocamos tu auxilio, Padre Dios, al tiempo que bendecimos tu nombre.

Por eso, anhelando su venida gloriosa, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:

SANTO

Santo eres en verdad. Señor, que desde el principio del mundo obras siempre para que el hombre sea santo, como tú mismo eres Santo.

Consagración del Pan y el Vino

Te pedimos que mires los dones de tu pueblo, y derrames sobre ellos la fuerza de tu Espíritu. para que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de tu amado Hijo Jesucristo, en quien nosotros también somos hijos tuyos. Aunque en otro tiempo estábamos perdidos y éramos incapaces de acercarnos a ti, nos amaste hasta el extremo: tu Hijo, que es el único Justo, se entregó a sí mismo a la muerte, aceptando ser clavado en la cruz por nosotros.

Pero antes de que sus brazos, extendidos entre el cielo y la tierra, trazasen el signo indeleble de tu alianza, él mismo quiso celebrar la Pascua con sus discípulos. Mientras comía con ellos, tomó pan y dando gracias te bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo:

Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.

Del mismo modo, acabada la cena, sabiendo que iba a reconciliar todas las cosas en sí mismo, por su sangre derramada en la cruz, tomó el cáliz, lleno del fruto de la vid, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía.

Éste es el Misterio de la fe. Cristo se entregó por nosotros.

Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has liberado por tu cruz y resurrección.

Infúndenos tu Espíritu, Padre nuestro que estás en nosotros, lo necesitamos para superar nuestras inclinaciones al mal. Querríamos tener una firme voluntad de conversión, empezando por ahondar en nuestra vida interior, frecuentando la meditación, la oración más íntima, superar nuestro afán desmedido del propio bienestar.

Guiados por el Papa Papa Francisco, nuestro Obispo Carlos y por todos los pastores que cuidan de tu pueblo, lleguemos a evitar cualquier abuso de la bondad de los demás y poner en primer plano la felicidad de quienes conviven con nosotros y los que viven lejos y olvidados de todos.

Te pedimos humildemente, que abras nuestros oídos para que podamos escuchar tu voz en nuestro interior; tal como lo hicieron la Virgen María madre de Jesús, su esposo San José, los apóstoles y las santas y santos que han a vivido en tu amistad a través de los tiempos escuchando como los guiabas en su camino.

Apaga tanto ruido que nos envuelve y no nos deja oírte. Eres lo más importante de nuestra vida y apenas tenemos tiempo para Ti. Gracias, Padre, porque nuestros familiares y amigos difuntos disfrutan ya de tu compañía. Nos unimos a ellos y en el nombre de tu hijo Jesús, queremos brindarte nuestro mejor homenaje.

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
RITO DE COMUNIÓN

Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Padre, líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de todo conflicto, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz, dense la paz como signo de reconciliación.
CORDERO

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo,diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.

Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme.
MOTIVACIÓN A LA ANTÍFONA DE COMUNIÓN

Antes de recibir a Jesús Eucaristía, digamos juntos la Antífona de la Comunión.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 90,4

El Señor te cubrirá con sus plumas y bajos sus alas encontrarás refugio.

Pueden sentarse
CANTO DE COMUNIÓN


 


 


 


 


 

REFLEXIÓN

Después de haber comulgado reflexionemos con la siguiente oración a dos coros los párrafos en rosa los dirá el monitor, y los párrafos en azul los decimos todos: GRACIAS, SEÑOR

Sin saber cómo ni por qué, he dicho “no” a lo que me degrada. Me prometieron ser más feliz lejos de ti y, veo, que son más desdichados los que de ti se apartaron.

Me señalaron que, con pan, vino y dulce no tendría necesidad de más sustento pero, con el tiempo, he aprendido que, el dulce empalaga, el vino embriaga demasiado y el pan se endurece sobre la mesa.

Sólo Tú, Señor, conservas la frescura eres algo siempre nuevo y, en tu Eucaristía, permanentemente tierno. ¿Cómo voy a dejarte, Señor?

Ayúdame, Jesús, a combatir el buen combate A defender mi fe y mi esperanza A no esconder mi rostro cuando el enemigo me pregunte si yo tengo algo que ver contigo.

Javier Leoz

Avisos Parroquiales
AVISOS PARROQUIALES
  • El próximo viernes 03 de marzo tendremos a las 12 del día la Misa de Unción de Enfermos.
  • Revista desde la fe
  • Estamos en la recta final para participar con el grupo Mi100, en la Misión de este año.
  • Campaña: 60 días - 60 familias - 60 bancas para la Pascua.
  • Retiro Escoge
  • Renovación carismática
  • De pie
    ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

    Alimentados, Señor, de este pan celestial que nutre la fe, hace crecer la esperanza y fortalece la caridad, te suplicamos la gracia de aprender a sentir hambre de aquel que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que procede de su boca. Por Jesucristo, nuestro Señor.

    Amén.

    RITO DE CONCLUSIÓN

    El Señor esté con ustedes

    Y con tu espíritu

    La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

    Amén

    MOTIVACIÓN A LA SALIDA

    Escuchemos la voz del Señor para que nos guíe.

    En la paz de Cristo, vayan a servir a Dios y a sus hermanos..

    Demos gracias a Dios.

    CANTO DE SALIDA

    Av. Dos #64 Col. San Pedro de los Pinos Del. Benito Juárez C.P. 03800 Tel. (55) 1054-1085 | (55) 1054-1086

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